El PERSONALISMO es, en definitiva, una antropología que surge
en Europa entre las dos guerras mundiales y que tiene la virtud de ofrecer una
alternativa tanto al individualismo como al colectivismo. Frente al
individualismo que exalta a un individuo meramente autónomo, el personalismo
remarca el deber de la solidaridad del hombre con sus semejantes y con la
sociedad; y frente a los colectivismos que supeditan la persona a valores
abstractos como la raza o la revolución, remarca el valor absoluto de cada
persona concreta e individual.
El personalismo son dos corrientes filosóficas que
afirma durante el siglo XX la primacía de la persona sobre la realidad material
o sobre las abstracciones idealistas sea porque sostiene el valor superior,
ontológico, moral y socialmente, de la persona humana o supra humana, sea
porque, en un sentido más estricto, cifra en el significado de la persona el
significado de toda la realidad. Si, por el contrario, consultamos un
diccionario de la lengua española encontraremos un significado netamente
negativo: la adhesión a una persona o a las ideas que ella representa,
especialmente en política.
Desde un punto de vista
técnico-filosófico el personalismo sostiene como tesis central que la noción de
persona es la categoría filosófica esencial en la elaboración de la
antropología y que sólo se puede abordar adecuadamente con conceptos
específicos extraídos a partir de la experiencia. Los temas a los que concede
especial relevancia son, entre otros, los siguientes: la afectividad, las
relaciones interpersonales, la corporalidad, la diferenciación, dentro de una
igualdad radical, en varón y mujer, el carácter narrativo de la existencia, el
carácter donal, social, ético y solidario de la persona y su apertura
intrínseca a la trascendencia.
Existe una
gran cantidad de brillantes ensayos sobre muchos aspectos del personalismo.
Algunos de los intelectuales más emblemáticos son: Max Scheler, Martin Buber,
Emmanuel Mounier, Maritain, Nédoncelle, Pareyson, Edith Stein, Emmanuel
Lévinas, Karol Wojtyla, Romano Guardini, Gabriel Marcel, Julián Marías,
Ricoeur, Xavier Zubiri o Dietrich Von Hildebrand. Lógicamente, la lista resulta
fácil de ampliar.
Características
Generales
- Es toda doctrina y toda
civilización que afirma el primado de la persona sobre las necesidades
materiales y sobre los mecanismos colectivos que sustentan su desarrollo, según
Mounier.
. Se propone como objetivos:
· Afirmar el valor absoluto de
la persona
· Poner a cada hombre en
situación de poder vivir como persona
· Hacer una “revolución
personalista, comunitaria y espiritual”
. Se sitúa entre el marxismo y
el existencialismo.
· Frente al marxismo, acentúa
el valor de la persona, su acción libre más allá de las estructuras sociales,
ya que éstas influyen en el comportamiento individual y colectivo, pero no lo
determinan. Quiere transformar el orden injusto y liberar enteramente al hombre
para que sea realmente persona, aceptando el esquema de clases de Marx.
· Frente al existencialismo
acentúa la dimensión comunitaria y trascendente del hombre. Asume los valores
de libertad, acción, individualidad... Pero frente a la angustia vital y al
pesimismo, cree en la esperanza y en la trascendencia.
“Es un movimiento de
pensamiento y de acción que afirma el <<valor absoluto>> de la
persona.”
La importancia
del personalismo resulta esencial en los tiempos actuales y en los que se
avecinan. La antropología filosófica es básica para dar una visión unitaria de
la persona en una época en la que parece que su imagen se ha fragmentado en
tantos pedazos que no somos capaces de recomponerla. Debe servir para
fundamentar estudios interdisciplinares de Bioética, Derecho, Economía,
Familia, Psiquiatría y un amplio abanico de cuestiones actuales.

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